Sabemos que hay distintos grados de amar, nos referiremos aquí a una capacidad amatoria más desarrollada que es:
AMOR - MADURO
AMOR - SABIO
AMOR - ENERGIA
Amar en este sentido es, fundamentalmente, DAR como expresión de vitalidad, riqueza interior, de potencia.
Este dar produce dicha, goce, deleite porque es dar de sí mismo, de nuestro tiempo, de nuestra vida, de nuestra comprensión.
Cuando se inicia la práctica del TAI CHI CHUAN se busca, primordialmente, la RELAJACIÓN tanto mental como corporal. Cabe mencionar que llamamos así a la utilización de la energía adecuada para cada momento y no al abandono. Este relajarse es una actitud de confianza en sí mismo y también en el afuera, elemento indispensable para la práctica del amor sabio.
En este amor la conexión es desde lo más profundo, desde el centro de nuestra existencia, es CON-CENTRACIÓN que en el TAI CHI CHUAN se trabaja llevando la atención al centro denominado TAN-TIEN que queda, aproximadamente, cuatro centímentros debajo del ombligo y cuatro centímetros hacia adentro.
Con este contacto interior se va logrando una actitud instropectiva que, paulatinamente, permite aquietar los pensamientos y las emociones dejándonos libres para que surja la CALMA-SERENIDAD en el dueto cuerpo-mente. Esto no quiere decir pasividad sino que, por el contrario, desde esta CALMA-SERENIDAD se tiene una actitud activa con un acto de presencia pleno, al igual que en el amor, para la realización de cada acto movimiento.
Marisu
Nota de la revista UNO MISMO año 1988
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