Conseguir una respiración profunda...sólo permitir que esto ocurra, sin forzar.
No sólo dedicamos nuestras vidas a adaptarnos a las formas que se nos sugiere en
este mundo, sino más bien aspiraremos a ser conscientes de todas las energías existentes internas y (aparentemente) externas, para así saber cómo orientarlas y equilibrarlas en nuestro diario vivir.
Por eso es que la práctica se nos hace una gran aliada, nos ayuda a recuperar los ritmos naturales, la respiración, y los movimientos de nuestro cuerpo serán rítmicos y armónicos.
La sensibilidad e intuición serán recuperadas.
Que esto se haga realidad depende de cada uno.
El hombre entre el cielo y la tierra
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